Puestos a compartir, que sean sonrisas.

jueves, 26 de julio de 2012

Lo bello y lo triste. Yasunari Kawabata

13. La butaca que giraba en el vagón panorámico volvió a su memoria- Era como si viera su propia soledad, que giraba y giraba dentro de su corazón.
44.Y sin embargo, lo que más parecía lastimar a F. era que él hubiese escrito tan poco sobre ella. 
-No me pareció bien explayarme sobre tus celos- explicó O.
-¡Lo que ocurre es que no puedes escribir sobre alguien a quien no amas, sobre alguien a quien incluso odias!
58. ¿Acaso es forzoso que mueras temprano porque un artista ha inmortalizado tu juventud?
84.-¿Qué clase de autoengaño es ese?
-Hay muchas mujeres desdichadas que se consuelan con esa clase de autoengaño.
-¿No cree que algo anda mal en esas mujeres?
-Es muy fácil que algo no ande bien en las mujeres.
84. Adoro sacrificarme. Quizá esa sea la razón de mi vida.
84. El sacrificio nace del amor.
89. -Ni los pescadores de perlas resisten tanto tiempo sin respirar. Te desmayarás.
-Haz que me desmaye.
119. Los árboles parecían cubiertos por flores de rocío.
123. -Tu cuerpo y el mío son uno solo, ¿no?- murmuró K.
O. se apartó. K. se apretó más contra ella.
-¿A que sí? Son uno solo. -Aguardó un instante. -Es así. Te lo aseguro - añadió.
141. Y como a esas ratitas, no les importa lo que roen.
141. Quizá baste con que una palabra viva un día. Yo también he hecho bien en sobrevivir todos estos años trascurridos desde que tú pensaste en morir con aquella muchacha.
158. -No se me dan muy bien los botes- confesó.
-A mí sí.
-¿Y sabe nadar?
-¿Por si naufragamos?- replicó ella mirándole.- ¡Usted podría salvarme! Lo haría, ¿no? Me aferraría a usted.
-Si se aferra a mí no podré salvarla.
166. Vincular todo lo que veía y oía con su amor equivalía a estar viva. La conciencia de su propio cuerpo era inseparable del recuerdo de aquel abrazo.
183. -Pero me gustaría que hubieras pensado en mí.
T, no replicó.
-¿No me lo vas a decir?
-Estuve pensando en ti.
-Te he obligado a decirlo.
197. La frente y el cuello de la muchacha estaban perlados de sudor.
200. -¿Por qué no hablas? ¿Por qué estás tan callado? Es una crueldad de tu parte. ¿No te parece una vista hermosísima?
-Sí, es hermosísima. Pero yo estaba pensando en lo hermosa que eres tú.
200. Sírveme un poco de té. De tu boca.


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