Puestos a compartir, que sean sonrisas.

jueves, 21 de febrero de 2013

Sigues viva

Simple y pequeña como la melodía que tanto me recuerda a ti. Siempre una caricia y una mirada sencilla, una entrega absoluta. Tenía que ser hoy, jueves, porque cuando te transformaste era jueves.

Tus átomos, y en especial el carbono, regresan hoy a la tierra, vuelves a la vida. 
En las raíces del Árbol, de mi Árbol, donde lloraron las libélulas, donde ríen, donde soy yo más que en ningún otro sitio. Quiero que estés ahí y que seas así un poco más parte de mí de lo que ya eras. En sus raíces, donde descansa el León de Nemea, que soy yo, que ahora también eres tú. 
Cenizas y barro bajo las uñas, de escarbar en la tierra. En un instante, el aire levantó las cenizas y me hicieron cosquillas en la nariz. Ojalá los humanos pudiéramos fijar el carbono inorgánico. Sería un buen remedio contra el olvido que mata tras la muerte. 
Manos sucias, cenizas y lluvia sobre un fondo húmedo y verde. 

Pero está bien, con una sonrisa en los labios, porque ahora el Árbol está podado, pero pronto le saldrán nuevas hojas. Y serás un poco más parte de él, y un poco más parte de mí. Y está bien porque sigues viva. 


Tú volviste a la tierra y yo me uní al cielo en su lluvia.


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