Del cielo, se había desprendido una. Se desvió de su vuelo. Parece que hubiera estado esperando a que estuviera la persona indicada en el sitio indicado, a mi lado, para dejarse caer, como buscando que la devolvieran a su lugar.
Le miré y le señalé el techo. Sonreí, más por mí que por ella. Y por él.
La tomó de mis manos y con cuidado, la devolvió al cielo.
-Eso que acabas de hacer tiene más significado del que tú piensas.
Me sonrió.
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