-¿Sabes qué? Lo terminé justo la noche anterior a tu llegada.
-¿Por qué?
A ciencia cierta, no sé la razón. Es de esas cosas que sabes que tienes que hacer aunque no alcances a entender aún porqué.
Puede que, sin saberlo, sólo estuviera preparando el cielo para que mis libélulas emprendieran de nuevo el vuelo.
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