Puestos a compartir, que sean sonrisas.

viernes, 9 de agosto de 2013

El cielo hace cálidas las noches

Era una noche de esas frías en las que las paredes  de casa pierden su firmeza y se dejan caer sobre mí. El espacio se reduce, el oxígeno se agota y lo sólido se vuelve un fluido denso que se extiende ocupando todo el volumen posible, ahogándome dentro. Petróleo inundando mis pulmones. Intento diluir la pena en tres partes de agua pero el petróleo es inmiscible y finalmente el agua contaminada se desborda por los párpados, ensuciando mis pestañas, arañando las mejillas y disolviendo el más mínimo atisbo de sonrisa de mis labios.

Sí, es una de esas noches de pensar en nada de vez en cuando, para refrescar las bolas de fuego que tengo por ojos, hasta agotarme. Esperar evadida la llegada de Morfeo, para poder resistir un día más sin consumirme.

Por suerte, un precioso cielo pasó la noche a mi lado, observándome. Y aunque lejos, sentía sus constelaciones abrazando mi piel y dándome calor.
Esa noche, el cielo lloró de ver tantas suicidas deslizándose desde mi cara hasta la nada.

-----------------
-¡Mira! ¡Es el cielo! ¡Y esas son las estrellas!
-No. Tú eres mi estrella.
----------------
Supongo que es el precio a pagar, por formar parte de la constelación de tu vida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario