Puestos a compartir, que sean sonrisas.

martes, 11 de febrero de 2014

Ombú

Recuerdo la alegría que sentí al volver a casa y encontrarte aún ahí. Desnudo y en los huesos, sí, como todos los inviernos, esperando el calor de la primavera para vestirte de nuevo de tus plumas verdes. Como el fénix. Qué miedo había tenido de no encontrarte más a mi regreso.

Ave fénix, de color esmeralda, mece sus hojas en una cuna de aire, y se baña en los rayos de sol, devolviendo destellos dorados.
A sus pies, en sus raíces, descansa el León de Nemea, y lame las heridas que algún Hércules le causó, cicatrizando y preparándose para el siguiente.

Ombú.

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