Puestos a compartir, que sean sonrisas.

sábado, 24 de mayo de 2014

Mientras yo siga viva

-Me habría encantado conocerla, de veras.
-Lo sé. A ti y a todos. Ojalá todo el mundo hubiera tenido la ocasión de saber lo linda que era, como la tuve yo.
-Bueno, pero al menos tú me lo recuerdas.


Esta noche abrí la caja de Pandora. La vi, la reconocí en sus gestos, gestos que tenía olvidados. Y de repente su voz. Creí que jamás volvería a escucharla. Quizás lo más doloroso es la certeza de que no volverá a producir otro sonido que los que ya están registrados en mi memoria, porque el viento ya no tiene el placer de acariciar sus cuerdas vocales.

Me pregunto dónde andarán esos átomos.

Irremediablemente, sumergí la cara en esa caja y comenzó a llover. Ahí estaba yo, como quien se ha lanzado  violentamente contra el suelo, se ha roto en mil trozos y busca entre ellos, su voz.

"Pero tú me lo recuerdas"
Abrí los ojos, recogí mis pedazos y los amontoné antropomórficamente en un rincón mientras secaba la inundación. Volví a mirar la montaña de mis añicos y descubrí que efectivamente, su voz estaba entre ellos, como tantas otras cosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario