No es sólo la nube de ceniza y gas, es la lava que baja y arrasa...
Que abrasa la piel.
Las explosiones no son como una bala; certera, de daño limitado, de cicatriz definida. En las explosiones siempre hay daños colaterales.
Palabras que sobraban, sin mensaje, pero con el objetivo de un cuchillo.
A las personas-volcán les pido valor.
Valor para que usen la mayor herramienta que tenemos y hablen. Que hablen cuando, sin intención, les metamos un grano de arena en el ojo. Porque si lo sabemos y soplamos con delicadeza en el momento, pueden evitarse años de sufri-lencio y erupciones violentas. Y rencor.
A las personas-volcán les pido valor para enfrentar los conflictos cuando aún son enfrentables.
Porque todavía estoy lamiéndome las heridas que causó un volcán y ya noto cómo tiembla la Tierra en la isla del vecino...